Mientras que deleitabamos una deliciosa comida, comenzamos a tener una plática divertida sobre aventuras que había tenido Sam durante su infancia, también hablamos sobre lo curioso del bosque y los magnificos colores que escondía el atardecer, platicamos mucho hasta que terminamos de comer. - Muchas gracias por la comida, estaba muy deliciosa. - No hay de que, era lo único que podía hacer ya que te asusté. Por cierto ¿Qué haces por estos rumbos? Creo que sonará muy raro si le digo la verdad, pero ha sido muy amable conmigo ¿debería decirle la verdad? No estoy segura si lo entienda, ¿y si le digo una mentira pequeña? - Estoy en busca de respuestas. -¿Respuestas? Ay no, creo que esa no es una respuesta muy alentadora o convincente, ojala que no empiece a investigar porque no quiero decirle la verdad de que no se nada acerca de mi. Además que no sabría que contestarle, solo espero de verdad que no me interrogue... ¡Por favor que no me comience a interrogar! Sin darme cuenta a c...
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